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viernes, 19 de noviembre de 2010

La dueña de la noche


Una noche de este verano, cuando leía tumbada en una hamaca en el jardín, interrumpí mi lectura para alzar la vista al cielo. Allí, en lo alto y asomándose tímidamente entre las nubes que ese día habían sido las protagonistas de una lluvia torrencial, estaba la luna. No dudé ni un segundo en sacar mi cámara de fotos e inmortalizar el momento, consiguiendo retratar la gama de tonos amarillos y rojizos de la que se viste la luna. Lo hice porque me fascina. A pesar de ser un desierto de rocas y arena, desde la Tierra es un hermoso cuerpo celeste que nos ilumina en la noche, aunque su luz no sea la propia. Puedes observarla largo rato sin cansarte y es ella, y nadie más, la dueña de la noche. Todos estos aspectos la convierten en algo misterioso, interesante y alucinante que a mí siempre me deja embelesada cuando la contemplo, y que es capaz de desviar mi atención incluso durante una lectura agradable. 

                                                                                                            Soñaresgratis


1 comentario:

  1. Bonito título, bonita imagen. Tengo una relación particular con la luna, así que te agradezco doblemente tu entrada.

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