Se tiende a asemejar la vida con un largo camino, y muchas veces nos preguntamos a dónde nos llevará.
Esta fotografía que tomé hace unos años me recuerda mucho a esa metáfora. Además con el sol de tarde, en otoño, parece una escena melancólica, de esas que salen en las películas. Como en la vida, podemos llegar a ver lo que hay algo más adelante, árboles y al final un puente, pero no podemos descubrir qué hay después, si el camino continuará o se bifurcará. No importa lo que ocurra, siempre hay que seguir caminando, no quedarnos atrás. Aunque nos desviemos de la senda, siempre podemos encontrar el camino de vuelta.
Dalayn
Estaba convencida de que te había escrito hablándote de un pintor holandés del XVII: Hobbema. Un cuadro suyo me recuerda a tu fotografía. Y sí, siempre, siempre hay que seguir caminando. Aunque, Dalayn, no siempre puedes encontrar el camino de vuelta.
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