Cuando viajamos siempre solemos visitar los lugares históricos y maravillarnos con las estructuras y edificaciones que hacían nuestros antepasados, que con los medios que tenían eran capaces de hacer esas obras de tan gran envergadura que a nosotros nos resultan tan complejas. Pero sobre todo, creo que lo que más nos llama la atención es que hayan llegado a nuestros días, algunos mejor y otros peor conservados.
Por eso me gusta esta imagen, porque habla de esa conservación, ese paso de los años que no pasa, o que no nos parece tan lejano. Casi nos podríamos imaginar paseándonos entre estas ruinas del anfiteatro romano de Segóbriga y desearíamos poder verlas en su antiguo esplendor. Porque muchas veces por muy impresionantes que nos parezcan estas construcciones, en su época debieron serlo muchísimo más.
Dalayn
A veces cuando veo la arquitectura del pasado no puedo evitar preguntarme por qué nos creemos tan grandes. Siempre hay quien desde el pasado nos da constantes lecciones de humildad.
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