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martes, 24 de mayo de 2011

La Sirenita



    Siempre me ha conmovido la forma con la que la pequeña sirena entrega su preciada voz, su cola y su inmortalidad por el amor de un príncipe mortal. Un sacrificio por el que no sé si todos estaríamos  dispuestos a pasar. Sin embargo, dulce e inocente, lo abandona todo por un pálpito, por un suspiro ligero, por una sonrisa incansable...
 
   También me pregunto, e intento responder, cada vez que leo este cuento, si le valió la pena, si toda la ilusión que vertió, los buenos y breves momentos que estuvo con él y todo lo que sintió, suman más que el dolor que debió sentir cuando lo vio casarse con otra princesa. Su pálpito se apagó, el suspiró se hizo pesado y su sonrisa se volvió en llanto, tan profundo como el mar.
 
    Pero, ¿Cómo iba pensar que aquel por el que había dado tanto, aquel que siempre rondaba por su mente, la olvidaría a la primera de cambio y se prometería con otra? ¿Cómo le iba a pedir lo eterno a un simple mortal? Se equivocó. Lloró; y, lágrima a lágrima, volvió a formar parte del mar...


Artemaniaco

viernes, 20 de mayo de 2011

Cuentos



Todos los cuentos suelen tener una moraleja más o menos explícita en su historia. Con caperucita roja y su lobo aprendí que no debes fiarte de los extraños; con pinocho, que no debería mentir... El último cuento que ha pasado por mis manos es el de la cenicienta; quizá todos recodemos la calabaza, a las envidiosas hermanastras o el reloj dando las doce, pero sin duda, lo que más capta nuestra atención son los pequeños zapatos de cristal; no solo por lo bellos que son, sino porque son el elemento del cuento que hace que se produzca el ansiado “felices para siempre...”
Sin embargo, me sorprendí al ver como en la última versión, el zapato en el que todos albergamos tantas esperanzas simplemente se rompe, se hace añicos. ¿Qué cabía esperar realmente? Era de cristal... 
Pobre cenicienta, se cortó. Pobre príncipe, nunca encontrará el amor...

Artemaniaco.

martes, 17 de mayo de 2011